Cuando se trata de invertir, riesgo y rentabilidad van de la mano. Cuanto más arriesgadas sean las inversiones, mayor será el potencial de rentabilidad, y cuanto menos arriesgadas sean sus inversiones, menor será el potencial de rentabilidad. 

Más riesgo = Mayor potencial

Menos riesgo = Menor potencial

Por eso el primer paso es averiguar cuál es tu tolerancia al riesgo, ya que eso va a determinar en qué y como invertir. 

La tolerancia puede entenderse como apetito por el riesgo, pero a lo que nos referimos primero, cuando hablamos de tolerancia es al tiempo de recuperación. 

Cuanto más riesgo, más tiempo necesitaremos para poder recuperarnos de una posible caída de la bolsa. 

Por ejemplo si vas a necesitar el dinero invertido pronto, imagínate que has comprado una casa a través de una hipoteca y necesitas X dinero para reformarla. En ese caso deberías limitar el riesgo porque vas a necesitar esos fondos en el corto plazo, y en caso de que tus activos pierdan valor no vas a poder recuperarte a tiempo para poder pagar la reforma.

A partir de aquí es interesante saber que tipo de inversora eres:

  • Conservadora: objetivo preservar cápita o bien empezar a ahorrar pero sin grandes ambiciones. Es invertir en renta fija (Bonos: parecido a los bancos; piden tu dinero prestado y te aseguran un interés fijo en forma de cupón y recuperas tu cantidad invertida al fin de un término medio o corto). Ejemplo de estrategia de inversión conservadora sería invertir 90% en bonos y 10% fondos. 

  • Moderada: objetivo conseguir rentabilidad superior a la inflación. Una estratégia común es balancear Fondos (40%) y Bonos (60%). Otra forma de asegurarse una inversión moderada pero teniendo en cuenta el tiempo posible de inversión que tengas, es usar tu edad en el momento de empezar la inversión para determinar el porcentaje de Bonos. Ejemplo: si tienes 30 años, invertirás 30% en bonos y 70% acciones e ir adaptando con el tiempo. Por otro lado invertir solo en fondos, 100% fondos, también se consideraría moderada puesto que los fondos diversifican el riesgo.

  • Agresiva: objetivo maximizar rentabilidad. Sería invertir únicamente en Acciones y Fondos. Debido a la posibilidad de alto rendimiento de las acciones, comportan un gran riesgo que podemos balancear con los fondos que son más seguros. No es la cantidad de dinero invertido sino el porcentaje de las inversiones lo que determina el riesgo. Ejemplo de inversión agresiva sería invertir 50% acciones de empresas y 50% fondos. 

¿Te has sentido identificada con alguna de ellas? Si necesitas más tiempo no te preocupes, es común empezar por una estrategia conservadora y a medida que ganamos conocimiento ir ganando apetito de riesgo. Sea como fuere es importante poder dormir bien por las noches y tener una cantidad de ahorros suficiente para imprevistos. Por eso recomendamos hacerse bien esta pregunta y escuchar a tu propia intuición. 

Dicho esto la tolerancia al riesgo depende también de otros factores, como la edad, los ingresos, la estrategia de inversión y la experiencia, y no existe un planteamiento único. 


Otros ejemplos…

A veces las inversores más jóvenes suelen sentirse cómodas asumiendo un mayor riesgo, ya que disponen de más tiempo para recuperarse de las caídas del mercado, mientras que las inversores que empiezan más tarde, que estén a menos de 10 años de la jubilación, se centrarán en preservar el capital. 

Otras veces si tienes una estrategia de inversión a corto plazo, en la que las ganancias rápidas son el núcleo de tu estrategia, es probable que te convenga más un apetito por el riesgo elevado. En este caso deberías ser experta en la materia y estar muy informada sobre el contexto geopolítico.

En resumen: no inviertas nunca lo que no estés dispuesta a perder, ya sea poco o mucho, recuerda que el riesgo va siempre de la mano de la rentabilidad. 

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